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La viruela es una enfermedad grave causada por el virus «variola» que se transmite con facilidad entre personas mediante contacto directo o a través de objetos contaminados (sábanas, fundas o ropa).
Origen de la viruela
Se cree que la viruela apareció sobre el 10.000 a.c. en el norte de África, extendiéndose a Egipto y la India a través de los comerciantes egipcios. Existen pruebas de físicas de la enfermedad en los restos momificados del Faraón Ramsés V. El virus acabó extendiéndose por Asia, África y Europa.
Con el descubrimiento de América, los conquistadores españoles y portugueses llevaron la enfermedad al continente americano. La enfermedad hizo estragos entre los indígenas, que no tenían la inmunidad al virus, con tasas de mortalidad a las dos semanas desde el contagio de hasta el 90% . De hecho, tras la llegada de los conquistadores españoles a México, unos tres millones de aztecas fallecieron afectados por el virus de la viruela de modo que, junto con otras causas, facilitó su derrota.
Se estima que, en el siglo XX, la viruela acabó con la vida de unos 300 millones de personas en el mundo.
La vacuna de la viruela
La vacuna de la viruela se le atribuye a Edward Jenner, sin embargo, alrededor del 1.000 a.c. ya se realizaba una especie inoculación del virus, mediante la introducción por vía aérea de costras trituradas de pacientes afectados de viruela, para provocar inmunización en la India.
Dicha técnica se trasladó al Tíbet y acabó entrando en China en el siglo X d.c. a través de las prácticas que realizaban los monjes budistas en el templo de Sichuán. Esta técnica, llamada «viruelización», pasó a realizarse en personas sanas, a través de unos cortes con agujas «contaminadas» con el virus mediante contacto directo con la pus de algún paciente afectado. Sin embargo, seguía existiendo una cierta mortandad.
Siglos más tarde, Lady Montagu, que la padeció en su propia piel y vio morir a su hermano por esta enfermedad, importó a Inglaterra otra forma de inoculación que había visto en un viaje a Turquía. Observó que, quienes se pinchaban con agujas impregnadas en pus de viruela bovina, no contraían la enfermedad. Sin embargo, se encontró con la oposición de la Iglesia y comunidad médica hasta que, casi 90 años después, Edward Jenner desarrolló la vacuna.
Cuando una lechera (Sarah Nelmes) le consultó sobre unas pústulas que le habían surgido y tras comprobar que se trataba de la viruela bovina proveniente del útero de Blossom (la vaca), recordó las palabras que una ganadera le hizo años antes («no me tengo que preocupar por la viruela porque he padecido la viruela bovina»). El médico e investigador decidió realizar una prueba con el hijo de Sarah Nelmes (James Phipps) inoculándole el virus de la vaca obteniéndolo de una pústula de la lechera.
Tras padecer los síntomas de la enfermedad y recuperarse de forma rápida, Edward Jenner se convenció de que la viruela bovina inmunizaba frente a la de los seres humanos y, con el consentimiento de James, sus padres y compañeros de medicina, procedió a inocular el virus de la viruela (humana) en el niño. El niño no enfermó, pues Edward Jenner estaba en lo correcto. James Phipps estaba inmunizado.
A finales de los 60, la viruela aún era endémica en países de Asia y África. Sin embargo, tras el programa de Erradicación de la viruela (1966-1980) de la OMS, en 1980, se consiguió hacer desaparecer la enfermedad.
Peligro en la actualidad de la viruela
En la actualidad, en caso de contraer el virus, no existe medicamento alguno que pueda curar la enfermedad. En principio, no es necesario, pues la OMS considera como erradicado el virus de la viruela. Por ello, en 1980, recomendó detener la vacunación. No obstante, existen sospechas de que pudiera haber países que tuvieran almacenado el virus como posible amenaza en caso bélico o que pudiera ser utilizado como arma de ataque terrorista.
A modo de curiosidad, destacar que, tras el ataque terrorista del 11S en EEUU, el miedo a un posible ataque bioterrorista aumentó y, pese a que, en la actualidad ese riesgo es bajo, el país norteamericano dispone de suficientes vacunas como para tratar a todos sus ciudadanos. Hay que destacar que no son los únicos: Canadá, Alemania, Francia, Suecia y España, han seguido sus pasos.
Permanece atenta a nuestras Redes Sociales. Este jueves, podrás ver un vídeo sobre «la primera expedición sanitaria, científica y humanitaria del Mundo Ilustrado» para erradicar la viruela.
La información contenida en este documento NO debe usarse como sustituto del consejo de un médico debidamente cualificado y autorizado u otro proveedor de atención médica. La información proporcionada aquí es para propósitos educativos e informativos solamente. Consulte con un médico si sospecha que está enfermo.
La viruela es una enfermedad grave causada por el virus «variola» que se transmite con facilidad entre personas mediante contacto directo o a través de objetos contaminados (sábanas, fundas o ropa).
Origen de la viruela
Se cree que la viruela apareció sobre el 10.000 a.c. en el norte de África, extendiéndose a Egipto y la India a través de los comerciantes egipcios. Existen pruebas de físicas de la enfermedad en los restos momificados del Faraón Ramsés V. El virus acabó extendiéndose por Asia, África y Europa.
Con el descubrimiento de América, los conquistadores españoles y portugueses llevaron la enfermedad al continente americano. La enfermedad hizo estragos entre los indígenas, que no tenían la inmunidad al virus, con tasas de mortalidad a las dos semanas desde el contagio de hasta el 90% . De hecho, tras la llegada de los conquistadores españoles a México, unos tres millones de aztecas fallecieron afectados por el virus de la viruela de modo que, junto con otras causas, facilitó su derrota.
Se estima que, en el siglo XX, la viruela acabó con la vida de unos 300 millones de personas en el mundo.
La vacuna de la viruela
La vacuna de la viruela se le atribuye a Edward Jenner, sin embargo, alrededor del 1.000 a.c. ya se realizaba una especie inoculación del virus, mediante la introducción por vía aérea de costras trituradas de pacientes afectados de viruela, para provocar inmunización en la India.
Dicha técnica se trasladó al Tíbet y acabó entrando en China en el siglo X d.c. a través de las prácticas que realizaban los monjes budistas en el templo de Sichuán. Esta técnica, llamada «viruelización», pasó a realizarse en personas sanas, a través de unos cortes con agujas «contaminadas» con el virus mediante contacto directo con la pus de algún paciente afectado. Sin embargo, seguía existiendo una cierta mortandad.
Siglos más tarde, Lady Montagu, que la padeció en su propia piel y vio morir a su hermano por esta enfermedad, importó a Inglaterra otra forma de inoculación que había visto en un viaje a Turquía. Observó que, quienes se pinchaban con agujas impregnadas en pus de viruela bovina, no contraían la enfermedad. Sin embargo, se encontró con la oposición de la Iglesia y comunidad médica hasta que, casi 90 años después, Edward Jenner desarrolló la vacuna.
Cuando una lechera (Sarah Nelmes) le consultó sobre unas pústulas que le habían surgido y tras comprobar que se trataba de la viruela bovina proveniente del útero de Blossom (la vaca), recordó las palabras que una ganadera le hizo años antes («no me tengo que preocupar por la viruela porque he padecido la viruela bovina»). El médico e investigador decidió realizar una prueba con el hijo de Sarah Nelmes (James Phipps) inoculándole el virus de la vaca obteniéndolo de una pústula de la lechera.
Tras padecer los síntomas de la enfermedad y recuperarse de forma rápida, Edward Jenner se convenció de que la viruela bovina inmunizaba frente a la de los seres humanos y, con el consentimiento de James, sus padres y compañeros de medicina, procedió a inocular el virus de la viruela (humana) en el niño. El niño no enfermó, pues Edward Jenner estaba en lo correcto. James Phipps estaba inmunizado.
A finales de los 60, la viruela aún era endémica en países de Asia y África. Sin embargo, tras el programa de Erradicación de la viruela (1966-1980) de la OMS, en 1980, se consiguió hacer desaparecer la enfermedad.
Peligro en la actualidad de la viruela
En la actualidad, en caso de contraer el virus, no existe medicamento alguno que pueda curar la enfermedad. En principio, no es necesario, pues la OMS considera como erradicado el virus de la viruela. Por ello, en 1980, recomendó detener la vacunación. No obstante, existen sospechas de que pudiera haber países que tuvieran almacenado el virus como posible amenaza en caso bélico o que pudiera ser utilizado como arma de ataque terrorista.
A modo de curiosidad, destacar que, tras el ataque terrorista del 11S en EEUU, el miedo a un posible ataque bioterrorista aumentó y, pese a que, en la actualidad ese riesgo es bajo, el país norteamericano dispone de suficientes vacunas como para tratar a todos sus ciudadanos. Hay que destacar que no son los únicos: Canadá, Alemania, Francia, Suecia y España, han seguido sus pasos.
Permanece atenta a nuestras Redes Sociales. Este jueves, podrás ver un vídeo sobre «la primera expedición sanitaria, científica y humanitaria del Mundo Ilustrado» para erradicar la viruela.




