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La gran cantidad de fármacos que existen hoy en día hace que no nos demos cuenta de que la historia de la farmacia es relativamente joven y que son pocos los medicamentos que han cumplido ya cien años. Hoy hablamos de uno de ellos que sí tiene más de 100 años. Hoy te contamos la historia de la aspirina.
Historia de la aspirina: ¿Qué es y para qué se utiliza?
La aspirina (ácido acetilsalicílico), es un principio activo cuyas primeras indicaciones lo muestran como analgésico, antipirético y antiinflamatorio, eficaz y bien tolerado.
La aspirina sin prescripción es usada para:
- Bajar la fiebre y aliviar el dolor de cabeza leve/moderado, períodos menstruales, artritis, resfríos, dolor en los dientes y dolores musculares.
- Para prevenir los ataques cardíacos (o reducir el riesgo de muerte) en personas que han padecido uno, que tienen angina de pecho.
- Para prevenir los accidentes cerebrovasculares en personas que han tenido uno.
La aspirina con prescripción es usada para aliviar los síntomas de:
- Lupus eritematoso sistémico (un trastorno autoinmune que afecta las articulaciones y órganos causando dolor e inflamación),
- La artritis reumatoide (un tipo de artritis),
- Osteoartritis (tipo de artritis causada por el desprendimiento del revestimiento de las articulaciones),
- Otros trastornos reumatológicos.
Historia de la aspirina: la corteza de sauce
La historia de la aspirina, se remonta al inicio de la historia de la humanidad, cuando el ser humano ya se interesaba por descubrir remedios para las enfermedades y, sobre todo, para los dolores y la fiebre.
Los primeros «medicamentos» procedían de las plantas. Nuestros ancestros descubrieron que la corteza del sauce aliviaba algunas dolencias, pero quedó en el olvido durante muchísimo tiempo.
Fue en 1763, cuando Edward Stone realizó un estudio en 50 pacientes que padecían estados febriles, y en su conclusión destacó su efecto antipirético.
Posteriores investigaciones sobre la corteza del sauce llevaron a otros estudiosos a dar con el principio activo que logra este efecto (la salicina, un análogo del ácido salicílico y del ácido acetilsalicílico).
En 1853, el químico francés Charles Frédéric Gerhardt hizo un primer intento de acetilación de la salicina pero la solución contenía demasiados efectos.
En 1859, Herman Kolbe obtuvo por síntesis química el ácido salicílico. Este compuesto presentaba algunos inconvenientes, como su excesivo sabor amargo y, además, provocaba irritación en el estómago.
En 1986 un químico de la empresa Bayer, Félix Hoffmann, es quien recupera todas estas investigaciones anteriores y, tras sus investigaciones, en 1897, daba a conocer su descubrimiento: un procedimiento para obtener el ácido acetilsalicílico sin los efectos secundarios que provocaba el ácido salicílico.
Historia de la aspirina: el descubrimiento
Antonio López Farré lo cuenta de una forma muy bonita en «Cómo se descubrió la aspirina» (www.teinteresa.es). Te adjuntamos el texto:
«Felix Hoffmann, joven químico de la empresa fundamentalmente de tintes, va caminando hacia su trabajo en Leverkusen, Alemania. Es un día caluroso, el 8 de agosto del año 1897.
Felix está cansado, soñoliento por las horas en vela pasadas junto a su padre enfermo. Su padre padece de fiebres reumáticas y el dolor que tienen en sus articulaciones es difícilmente soportable. Sólo gracias al tratamiento con salicina, una sustancia amarillenta en forma de cristales con un intenso sabor amargo que el boticario le proporciona, y que obtiene de la corteza del sauce, el padre de Felix puede amortiguar el dolor. Sin embargo, su padre lleva varias noches con dolores de estómago e incluso ha llegado a sangrar.
Felix sabe que en la salicina reside algo que amortigua el padecimiento reumático de su padre, pero también hay sustancias no deseables que probablemente le afecten e irriten tan intensamente a su estómago. Días antes han caído en sus manos unos documentos olvidados que decriben cómo un científico francés, Charles Fréderic Gerhardt, había sintetizado un ácido inestable y de forma impura partiendo de la salicina y del ácido salicílico. Felix lleva trabajando mucho tiempo en esto y hoy es un día importante. Dejó toda la noche trabajando a los alambiques y está deseando comprobar el resultado.
Cuando llega a su laboratorio, lo primero que hace es dirigirse al recipiente que recoge los componentes menos volátiles de su muestra. Una especie de polvo blanco se vislumbra en el fondo. Felix no lo sabe pero acaba de purificar y obtener uno de los fármacos más importantes de la historia de la medicina, el ácido acetilsalicílico, compuesto activo de la popular Aspirina.
La Bayer patentará este descubrimiento poniéndole nombre al fármaco, Aspirina (A: acetilo; SPIR: Spirea, sauce; IN: terminación de la época para fármacos).»
Photo Credit via: pixabay cc
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La aspirina (ácido acetilsalicílico), es un principio activo cuyas primeras indicaciones lo muestran como analgésico, antipirético y antiinflamatorio, eficaz y bien tolerado.
La aspirina sin prescripción es usada para:
- Bajar la fiebre y aliviar el dolor de cabeza leve/moderado, períodos menstruales, artritis, resfríos, dolor en los dientes y dolores musculares.
- Para prevenir los ataques cardíacos (o reducir el riesgo de muerte) en personas que han padecido uno, que tienen angina de pecho.
- Para prevenir los accidentes cerebrovasculares en personas que han tenido uno.
La aspirina con prescripción es usada para aliviar los síntomas de:
- Lupus eritematoso sistémico (un trastorno autoinmune que afecta las articulaciones y órganos causando dolor e inflamación),
- La artritis reumatoide (un tipo de artritis),
- Osteoartritis (tipo de artritis causada por el desprendimiento del revestimiento de las articulaciones),
- Otros trastornos reumatológicos.
Historia de la aspirina: la corteza de sauce
La historia de la aspirina, se remonta al inicio de la historia de la humanidad, cuando el ser humano ya se interesaba por descubrir remedios para las enfermedades y, sobre todo, para los dolores y la fiebre.
Los primeros «medicamentos» procedían de las plantas. Nuestros ancestros descubrieron que la corteza del sauce aliviaba algunas dolencias, pero quedó en el olvido durante muchísimo tiempo.
Fue en 1763, cuando Edward Stone realizó un estudio en 50 pacientes que padecían estados febriles, y en su conclusión destacó su efecto antipirético.
Posteriores investigaciones sobre la corteza del sauce llevaron a otros estudiosos a dar con el principio activo que logra este efecto (la salicina, un análogo del ácido salicílico y del ácido acetilsalicílico).
En 1853, el químico francés Charles Frédéric Gerhardt hizo un primer intento de acetilación de la salicina pero la solución contenía demasiados efectos.
En 1859, Herman Kolbe obtuvo por síntesis química el ácido salicílico. Este compuesto presentaba algunos inconvenientes, como su excesivo sabor amargo y, además, provocaba irritación en el estómago.
En 1986 un químico de la empresa Bayer, Félix Hoffmann, es quien recupera todas estas investigaciones anteriores y, tras sus investigaciones, en 1897, daba a conocer su descubrimiento: un procedimiento para obtener el ácido acetilsalicílico sin los efectos secundarios que provocaba el ácido salicílico.
Historia de la aspirina: el descubrimiento
Antonio López Farré lo cuenta de una forma muy bonita en «Cómo se descubrió la aspirina» (www.teinteresa.es). Te adjuntamos el texto:
«Felix Hoffmann, joven químico de la empresa fundamentalmente de tintes, va caminando hacia su trabajo en Leverkusen, Alemania. Es un día caluroso, el 8 de agosto del año 1897.
Felix está cansado, soñoliento por las horas en vela pasadas junto a su padre enfermo. Su padre padece de fiebres reumáticas y el dolor que tienen en sus articulaciones es difícilmente soportable. Sólo gracias al tratamiento con salicina, una sustancia amarillenta en forma de cristales con un intenso sabor amargo que el boticario le proporciona, y que obtiene de la corteza del sauce, el padre de Felix puede amortiguar el dolor. Sin embargo, su padre lleva varias noches con dolores de estómago e incluso ha llegado a sangrar.
Felix sabe que en la salicina reside algo que amortigua el padecimiento reumático de su padre, pero también hay sustancias no deseables que probablemente le afecten e irriten tan intensamente a su estómago. Días antes han caído en sus manos unos documentos olvidados que decriben cómo un científico francés, Charles Fréderic Gerhardt, había sintetizado un ácido inestable y de forma impura partiendo de la salicina y del ácido salicílico. Felix lleva trabajando mucho tiempo en esto y hoy es un día importante. Dejó toda la noche trabajando a los alambiques y está deseando comprobar el resultado.
Cuando llega a su laboratorio, lo primero que hace es dirigirse al recipiente que recoge los componentes menos volátiles de su muestra. Una especie de polvo blanco se vislumbra en el fondo. Felix no lo sabe pero acaba de purificar y obtener uno de los fármacos más importantes de la historia de la medicina, el ácido acetilsalicílico, compuesto activo de la popular Aspirina.
La Bayer patentará este descubrimiento poniéndole nombre al fármaco, Aspirina (A: acetilo; SPIR: Spirea, sauce; IN: terminación de la época para fármacos).»
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